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ASÍ CANTAN LOS DESIERTOS

Así cantan los desiertos es un proyecto que busca la magia del espacio abierto donde el vacío se hace presente. Habla de un silencio lleno de frecuencias sonoras; de cielos azules y vientos feroces; de noches estrelladas, oscuras y frías; todo pasando al mismo tiempo frente a ti, dentro de ti.
Desde tiempos remotos los humanos han entrado a los desiertos en busca de su propio yo; de su encuentro con el Gran Espíritu. Adentrarse en ellos provoca un sentimiento único de paz, de introspección, de una conexión espiritual que no se logra en el bullicio de las ciudades o asentamientos humanos.
Habitar el desierto despierta en nosotros un sexto sentido; la percepción cambia; todo se ve, suena, huele y se siente más intensamente. Hay en ellos silencios que duelen, que cortan, que lastiman; pero también están otros: esos que reparan, sanan, aclaran y nos abren a recibir cosas nuevas.
Aunque a primera vista estos lugares parecen un gran espacio vacío, al conectar con su frecuencia no sólo se ven, también se escuchan cantar. Así, conforme te adentras en el paisaje, percibes tu canto y el del desierto entretejidos en una armonía cósmica perfecta.
Los desiertos nos recuerdan permanentemente lo pequeño de nuestro ser y a la vez desvelan nuestra importancia dentro de la ecuación del momento presente, que implica la conciencia del pasado y del futuro. Su majestuosa enormidad, su magia y su quietud, nos enseñan a apreciar que somos un todo: el planeta, las especies que en él habitamos y el resto del universo que, desde estos majestuosos espacios, parece que puede tocarse con la mano.

ASÍ CANTAN LOS DESIERTOS

Así cantan los desiertos es un proyecto que busca la magia del espacio abierto donde el vacío se hace presente. Habla de un silencio lleno de frecuencias sonoras; de cielos azules y vientos feroces; de noches estrelladas, oscuras y frías; todo pasando al mismo tiempo frente a ti, dentro de ti.
Desde tiempos remotos los humanos han entrado a los desiertos en busca de su propio yo; de su encuentro con el Gran Espíritu. Adentrarse en ellos provoca un sentimiento único de paz, de introspección, de una conexión espiritual que no se logra en el bullicio de las ciudades o asentamientos humanos.
Habitar el desierto despierta en nosotros un sexto sentido; la percepción cambia; todo se ve, suena, huele y se siente más intensamente. Hay en ellos silencios que duelen, que cortan, que lastiman; pero también están otros: esos que reparan, sanan, aclaran y nos abren a recibir cosas nuevas.
Aunque a primera vista estos lugares parecen un gran espacio vacío, al conectar con su frecuencia no sólo se ven, también se escuchan cantar. Así, conforme te adentras en el paisaje, percibes tu canto y el del desierto entretejidos en una armonía cósmica perfecta.
Los desiertos nos recuerdan permanentemente lo pequeño de nuestro ser y a la vez desvelan nuestra importancia dentro de la ecuación del momento presente, que implica la conciencia del pasado y del futuro. Su majestuosa enormidad, su magia y su quietud, nos enseñan a apreciar que somos un todo: el planeta, las especies que en él habitamos y el resto del universo que, desde estos majestuosos espacios, parece que puede tocarse con la mano.

ASÍ CANTAN LOS DESIERTOS

Así cantan los desiertos es un proyecto que busca la magia del espacio abierto donde el vacío se hace presente. Habla de un silencio lleno de frecuencias sonoras; de cielos azules y vientos feroces; de noches estrelladas, oscuras y frías; todo pasando al mismo tiempo frente a ti, dentro de ti.
Desde tiempos remotos los humanos han entrado a los desiertos en busca de su propio yo; de su encuentro con el Gran Espíritu. Adentrarse en ellos provoca un sentimiento único de paz, de introspección, de una conexión espiritual que no se logra en el bullicio de las ciudades o asentamientos humanos.
Habitar el desierto despierta en nosotros un sexto sentido; la percepción cambia; todo se ve, suena, huele y se siente más intensamente. Hay en ellos silencios que duelen, que cortan, que lastiman; pero también están otros: esos que reparan, sanan, aclaran y nos abren a recibir cosas nuevas.
Aunque a primera vista estos lugares parecen un gran espacio vacío, al conectar con su frecuencia no sólo se ven, también se escuchan cantar. Así, conforme te adentras en el paisaje, percibes tu canto y el del desierto entretejidos en una armonía cósmica perfecta.
Los desiertos nos recuerdan permanentemente lo pequeño de nuestro ser y a la vez desvelan nuestra importancia dentro de la ecuación del momento presente, que implica la conciencia del pasado y del futuro. Su majestuosa enormidad, su magia y su quietud, nos enseñan a apreciar que somos un todo: el planeta, las especies que en él habitamos y el resto del universo que, desde estos majestuosos espacios, parece que puede tocarse con la mano.

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